Para mejorar la calidad de vida, para que cada uno de los “residentes o adultos mayores” no sea objeto de cuidado y nada más.
Están pensados para que VIVAN EL DÍA A DÍA y para promover el BIENESTAR DE SUS CUERPOS, MENTES Y ESPÍRITUS.
Para ello contamos con un equipo interdisciplinario de excelentes SERES HUMANOS; ellos son profesionales que tienen sensibilidad, coraje, carisma, entrega y capacidad. Ellos comparten y acompañan la vida diaria de nuestros mayores; tienen caricias, miradas cálidas, oídos grandes para escuchar repetidas veces lo mismo (como si fuera la primera vez); ellos tienen sentido del humor, saben contagiar sus risas, saben jugar, saben cómo estimular la memoria y el descubrimiento de sus potenciales.
ELLOS HACEN:
Y para todo ello también contamos con la vocación y el compromiso de una coordinación general y especializada en terapia ocupacional y psicología social.
La Bondad: Somos básicamente, un equipo de «buena gente» dispuesta a trabajar en pos del bienestar del otro.
El Humanismo: Nos encontramos inmersos en la difícil realidad «impersonal» del trato, en números y en estadísticas. Por eso, nuesto compromiso es «calidez» y «cordialidad», tanto hacia los residentes como hacia quienes, de una u otra manera, interactúen con nosotros.
La Verdad: Creemos que la única forma de hablar es mirándonos a los ojos, con total sinceridad, confiando en el otro y sintiéndolo cerca.
La Compasión: Sentir al otro, poniéndonos en su lugar, para poder acompañarlo mejor a transitar su camino.
La Unidad: Cada eslabón, cada colaborador, es necesario para que todos los residentes desarrollen al máximo su potencial. La energía del conjunto, impulsando cada avance y cada paso.
La dedicación y el amor con que disfrutamos a nuestros abuelos, nos brinda la enorme posibilidad de cuidar y darle a los suyos, una muy buena vida, con amor, respeto y profesionalismo.
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